Etiquetas

miércoles, 25 de mayo de 2011

De qué hablamos cuando hablamos de AMOR


Miércoles, 19 de enero de 2011
LITERATURA › SEBASTIAN BASUALDO CRITICA EL MACHISMO EN LOS CUENTOS DE SU LIBRO FIEL
“La fidelidad o infidelidad dependen
del cristal con que se mira la cuestión”,
afirma Basualdo.
Imagen: Gentileza Valeria Furman

De qué se habla cuando se habla de amor

Los relatos son una suerte de continuidad de Cuando te vi caer, la primera novela del autor. “La mujer se mira a sí misma como objeto a ser contemplado por haberse educado en el canon de un mundo pensado para los hombres”, afirma.

Por Silvina Friera
Un polígono de tiro es el escenario del reencuentro entre un padre y un hijo que hace tiempo que no se ven. Lautaro, el hijo, rechaza hasta el mate que le ofrece Francisco. “Tomarlo significaba acceder a una comunión a la que no estaba dispuesto a entregarse”, se lee en “Tiro al segno”, el primer cuento de Fiel (Bajo La Luna), de Sebastián Basualdo. No hay chances de restaurar ese vínculo roto, quizá mucho antes de que el padre se fuera de la casa. Las heridas del pasado no dejan de sangrar. Gotean dosificadas, en diálogos truncos que sugieren los fragmentos de una totalidad deliberadamente escamoteada. La ex esposa, la madre de Lautaro, es el verdadero blanco. “Puta es la palabra”, escupe Francisco la frase que cifra al macho dolorido por la infidelidad. Como si fuera el segundo capítulo de una novela sobre el discurso amoroso y las relaciones de pareja, en “Conversación”, el relato contiguo, emerge la voz de la madre, una voz que para Lautaro resulta agresiva. Además de que él es muy joven todavía para entender algunas cosas, la madre le recrimina el hecho de que no deja de ser un hombre también. “Yo quise hablar, pero él nunca más quiso verme”, intenta justificarse ante los reclamos de un hijo que se anima a juzgar a su madre. Y a su padre “postizo”, como comprenderá el lector al final de ese segundo cuento que repone la información eludida del primero.
La docena exacta de breves e hipnóticos cuentos que integran Fiel compone los vectores de un universo en sintonía con la primera novela de Basualdo, Cuando te vi caer. El trío protagónico de esa novela –madre, padre “postizo” e hijo– continúan capitalizando los réditos de un universo familiar complejo, lejos de la postal armónica, ideal y tranquilizadora que supo construir para la generación del escritor, los nacidos a fines de los años ’70, la serie La familia Ingalls. El fantasma de la guerra de Malvinas sobrevuela nuevamente –de un modo más tangencial– en uno de los cuentos, “Fotografía”, donde aparece la foto de Francisco con el chaleco salvavidas de color naranja cubriéndole por completo el tórax y la tira de un casco verde abrochado a un mentón rígido. Si en la novela Lautaro revisa los mitos y construcciones heroicas del lenguaje con las que se educó, los cuentos cuestionan el andamiaje de un discurso machista que está en los cimientos de la educación sentimental del protagonista. “La fidelidad o infidelidad dependen del cristal con que se mira la cuestión; parecen textos machistas, pero en el fondo hay una crítica a ese machismo”, subraya Basualdo a Página/12.
“Si uno habla de fidelidad, está hablando de una cultura que está ligada al lenguaje y al modo en que percibimos el amor; cómo el hombre se relaciona con el amor y qué prácticas le están permitidas socialmente al hombre, pero a la mujer no. Si el hombre tiene muchas mujeres, es un ganador. En cambio, la mujer que tiene más de un hombre es considerada una puta. La misma acción llevada a cabo por el hombre se festeja en nuestra cultura, pero en la mujer es castigada y se le pone una etiqueta pesada. La crítica al machismo no aparece sólo por este lado, sino también por cómo vivimos el amor, qué relación tiene el hombre con la mujer como posesión, como objeto –plantea el escritor y profesor de literatura en escuelas secundarias–. Cuando la mujer es infiel, parece que al hombre lo destruye por completo. Pero habría que ver en qué sentido lo destruye, porque la fidelidad o infidelidad no prueban absolutamente nada con respecto al amor. Lo que sí demuestra, quizás, es el modo en que somos educados –desde el psicoanálisis, el judeocristianismo y el marxismo– en un sentido del amor como anulación del otro. En la posmodernidad, ¿hablar del amor es ser fiel? ¿La fidelidad tiene que ver con el amor?”
 
Ver Nota Completa

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario