El forastero gritó en su peculiar idioma:
-¿Se encuentra alguien aquí?
Ninguno de nosotros notó su llegada.
Él siguió gritando y gritando, hasta que uno de los nuestros, sin siquiera darse cuenta, lo aplastó con una pisada.
Por B. R.
-¿Se encuentra alguien aquí?
Ninguno de nosotros notó su llegada.
Él siguió gritando y gritando, hasta que uno de los nuestros, sin siquiera darse cuenta, lo aplastó con una pisada.
Por B. R.
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