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miércoles, 6 de octubre de 2010

Entrevista de Marcelo López para la revista No-retornable


¿Por qué elegiste Malvinas como uno de los ejes de tu primera novela? ¿te parece que hay cuestiones sin resolver, cuentas pendientes, respecto a los excombatientes y el lugar que tuvieron luego, al regresar del combate? 

Sebastián Basualdo: Cuando comencé a escribir la novela tenía muy claro que no quería abordar la problemática de los excombatientes de manera frontal, sino como vos decís: a partir de un eje que girara en torno a la mirada de un adolescente a principios de la década de los noventa, inmerso en una familia cuyo padrastro había combatido en la guerra. Todo lo que este adolescente sabe sobre Malvinas es producto de lo que escuchó, aquello que le contaron. Para bien o para mal, no importa. El caso es que de repente tiene a ese hombre enfrente, quizá ya devastado por aquella experiencia. En todo caso, mi intención fue abordar la problemática social de los excombatientes una vez finalizado el conflicto bélico, y para eso necesité imaginar una familia insertada en una sociedad que, casi podríamos decir, les temía a quienes combatieron en Malvinas. Ahora, sobre lo que me preguntás después, pienso que la situación de los excombatientes hoy no es la misma que la que tuvieron que padecer durante el resto de los años ochenta y los noventa. Pensemos que a la gran mayoría de ellos les costó muchísimo insertarse en una sociedad que, posteriormente a la guerra, los sumió en el silencio con aval de un Estado que tampoco los resguardaba lo suficiente. Todo lo que quedó sin resolver, las cuentas pendientes, está y estará siempre presente en la terrible cantidad de suicidios que hubo después de la guerra. 


¿Qué cosas te llamaron –o te llaman- la atención de esa guerra?

Sebastián Basualdo: Yo pertenezco a esa generación que fue tomando conciencia tardíamente de lo que significó la guerra de Malvinas. Tuve que documentarme para recrear el personaje del excombatiente y la reacción que tuvo la sociedad en su mayoría. Una de las cosas que me llamó la atención fue que, cuando comencé a documentarme y a conversar con gente cercana, no pude encontrar a nadie que admitiera haber estado de acuerdo con el desembarco en las islas. Pienso ahora en ese histórico treinta de marzo, que con sólo tres días de diferencia, convocaba también a una considerable cantidad de personas. Una actitud esquizofrénica. Cuando veo los documentales de la Plaza de Mayo del dos de abril, a la gente vivando frente a Galtieri, me resulta del todo inverosímil.

La noción de héroe en torno a los soldados de la guerra de Malvinas es bastante compleja teniendo en cuenta que, en definitiva, fue una guerra que se perdió, ¿qué pensás al respecto? Lo pregunto, sobre todo, por el personaje de Francisco y la mirada que el protagonista de la novela tiene hacia él.

Sebastián Basualdo: La noción de héroe necesita de la mirada de un tercero para manifestarse, sólo entonces cobra una dimensión social y por lo tanto ideológica. Si es cierto que la sociedad necesita héroes, habría que ver desde qué lugar se construyen, como así también desde el que se derrumban; la construcción y la destrucción es parte de la ambivalencia de la que hablábamos antes, y parece ser muy típico de nuestro ser nacional. En cuanto a la novela, me parece que Lautaro ve en Francisco a un héroe no por haber participado en la guerra de Malvinas sino por el modo en que se lo contaron. Es la madre de Lautaro quien utiliza por primera vez esa palabra. Hay una intención deliberada de construir una imagen; y es lo que finalmente cae: queda el hombre despojado de sus mitos.

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