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lunes, 4 de octubre de 2010

MAÑANA SÓLO HABRÁ PASADO- POEMAS

 Viaje de vuelta

Ahora soy yo
volviendo a casa en un vagón
tristemente colmado
de alucinaciones prácticas
diagramas, dibujos y estructuras
tipografías y escuadras
planos de una ciudad
que empieza a esconder lo que esta tarde
sutilmente
robé de tu estantería
de tu vida
Digo:
apenas una caricia
como para no dar a la confusión un libertinaje


LAS HORAS


Y de repente ocurre
que aquello,
(lo que debió suceder hace ya tantos años)
se desprende de su extravío temporal
y se instala,
prepotente
y anacrónico,
para despojarte de lo tuyo
lo nuestro,
durante un día,
acaso uno solo:
en el que creías tener
pleno dominio de las horas
 
 

EPIFANÍA

Yo que hice de tu despertar
una fantasía;
y me hundí
y resurgí
muy a pesar de lo que decían
de mí
que no te había visto todavía
y sin embargo
dibujaba
siempre
sobre un papel
sobre una mañana
tu nombre.



EN EL AIRE

En tus manos se hace
un resguardo
un sueño íntimo
secreto
vergonzoso
todavía lo escucho
¿te darás cuenta?
Acaso sea tu voz:
Insatisfacción en el aire.



LIBROS


Hoy un Joyce como licencia para abrazar constelaciones
Buscar proyectos inequívocos
Un libro nuevo en mi estantería
Fugándose entrañable bajo vibrátiles luces de la calle Corrientes.
Lecturas sueltas postergadas por el vago sueño de la tarde.
Algún día mi propia colección, ya verán.
Y tu nombre y de los que crecen,
una casa con aromas y urgentes
caprichos desnudos al cuidado de las horas
generalmente nocturnas.
Ayer mi escuela horario vespertino para hombres desocupados
Durante el día
mis mañanas soldadas a plomo por algún clasificado indeleble.
Hoy tantos muertos en mi memoria
Y en la tuya,
rara coincidencia
¿no te parece?


UN DÍA DEL CALENDARIO 

No te detengas por mi culpa
Saltarás septiembre  de todos modos
Calma….
No hablo de amor
Sino de todo eso que vos llamás tonterías.




MI PADRE

Sucedió el sábado.
No vaciló en quedarse en silencio
oyendo cómo se desbarataba
el equilibrio de la mañana.
Esperó que uno de los dos
–o acaso los dos–
entrara escoltado por las palabras preliminares.
Sucedió el sábado.
Resbaló entre falsas elucubraciones,
ocupándose de nimiedades,
huyendo de sí mismo
 Temió que su hijo mayor
–porque era a él a quien en verdad temía–
lo emboscara con una de sus miradas reprobatorias
y de pronto le diera alcance,
sin traición ni alevosía
pero con una precisión milimétrica,
disparando la pregunta exacta
al lugar más frágil de su conciencia.



MAÑANA

Confesiones en pleno invierno:
parece mentira,
ahora el día es otra vez un cielo que se abre,
un suelo que se sabe está sembrado para transcurrir.
Parece de huida que yo quiera salvarme
como si de verdad tuvieras
la llave para cerrar los minutos.




VERDADES


Casi siempre se ocultan verdades a un hijo.
Muchas veces, también, confesamos verdades innecesarias.
Verdades que deberían mudarse con nosotros cuando morimos.
Hay verdades que parecen adelantarse a la confesión.
Verdades urgentes que se impregnan al aire.
Afloran verdades de una verdad que fue enterrada hace muchos años
y nadie puede impedir que reverberen filosas sobres los labios.
Hay verdades como una noche de fin de siglo.
Noches acurrucadas donde la luna posa desnuda de verdades,
Para hombres inmunes a los arrebatos del olvido,
Para mujeres cuyo destino fue parir verdades
ante los ojos de una ciudad desbastada por el odio
Hay verdades incompletas.
Inmortales verdades que dibujan nuestra última tarde en el mundo.
Verdades del tamaño de un suicidio.
Verdades que se heredan
y otras que mueren desnutridas como un fruto arrancado por la lluvia.
Verdades como un astro luminoso y errante,
ráfagas que incendian nuestra vida y arrastran su furia
como caballos buscando a ciegas el galope,
Porque saltan generaciones algunas verdades,
Nacen un día para recordarte de dónde venís realmente.



TRABAJO

Si mi trabajo fuese besarte
la espalda durante horas
con apenas veinte minutos diarios
para almorzarme tus dudas.
Si mis vacaciones estuviesen
determinadas en un plazo no muy extenso
en tu vientre o a orillas de los límites de tus pasos.
Si mi día libre no fuese ya vestirme de nueva caricia
Si la vida no tuviera tantos rebusques
y me pagaran con lo que nace de tus ojos.
Si las horas extras fuesen nocturnos cantos poéticos
o juegos exóticos en cualquier parte de la cama.
Si todos los cuentos fuesen uno solo,
donde tu nombre es el argumento
Entonces mis celos serían
los giros literarios
que utilizo
para provocarte
esta sonrisa.




ANTES DE QUE TE VAYAS

La última noche
sobre tu reproche
se va sin el roce
sin la epifanía
sin su segundo nombre:
arrepentimiento



NOVIOS

En la comodidad de su enamoramiento,
la pareja es asaltada por unos de sus integrantes:
lo atesorado se desvanece en el aire
mientras uno le arrebata al otro una parte de su historia
para mejorar la suya
y así reconciliarse a medias
con un pasado que en el mejor de los casos
avergüenza o causa dolor.

En silencio y por distintas razones,
se elucubra un sutil desdibujamiento
de lugar o fecha
alguna que otra amistad
acaso se perpetúa una suave pincelada de olvido
sobre el lienzo de todo aquello
que se dijo en las primeras citas
y resultó imposible sostener en el tiempo.

Como si el advenimiento de un noviazgo
nunca se presentara sin antes dar la ilusión de reforma de uno mismo



LA MIRADA DE LOS OTROS


Te doy mis raíces y las gentes que me circundan
Todo lo que me lastima y la impotencia
Te doy lo que me inunda y lo que no entiendo
Aquello que se resiste y lo que no vendo
Te doy lo que odio y lo que me obligan y no tuve
Te doy mi temprana sorpresa
La soledad y la sonrisa y el carisma
Las paredes y la tinta fresca
Las ideas que se derraman
Te doy lo que ignoro y rechazo
Los ojos que me ven bajar la vista
La humildad y el temor
Te doy la ambición enloquecida
El recuerdo que lloré una noche para no olvidarlo
Te doy la fuerza que no nace de un músculo
El reproche y un pie descalzo
Te doy mi desnudez si la querés
Te doy todo
También a los que nos espían por la ventana.
Y te doy la ventana también.



CONTEMPLACIÓN

Tus senos
ocultos
entre toda la mujer
pequeños gigantes
contemplados
bajo la delgada
línea de tu vientre.
Ahí donde el deseo
se torna  inconfundible: vértigo



AL SALIR DE LA ESCUELA

Yo puedo, no sé si vos podrías
Decís: sirgar tierra nueva
y emigrar del plañido al acorde.
 Yo puedo no sé si vos podrías
Decís: rayar el alba durante todo el verano
Y en marzo dibujar una luna blanca con la misma tiza
Yo puedo, no sé si vos podrías
Decís: recordar cuando éramos chicos y la realidad era un gris sobre témpera
manchando el recreo con una pregunta tonta y tan cierta.
Yo puedo, no sé si vos podrías
Decís: acompañarme hasta mi casa.



EL VIAJE

Como un aliado perturbado
por su promesa incumplida
La lluvia se alejó dejando
 las horas resquebrajadas por la espera.
Un eco en las palabras calladas
Gestos ahogándose lentamente
bajo la sombra tardía de un arrepentimiento.
Y sobre todo esto:
 sensación a despojo consentido.

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